La ley en el vellón

 

El vellón es el invento e la Edad Media. Consiste en la aleación de cobre con una pequeña cantidad de plata, y siempre con unas oscilaciones en esa pequeña cantidad de plata.

 

Taifa de Ceuta, dirham de Suqut Almansur

Peso: 1´2 gramos; diámetro: 11-13 mm; grosor: 1´4 mm.

 

Un ejemplo de esos altibajos se da con las taifas. Las taifas son el resultado de la descomposición del Califato de Córdoba, y tenemos ocasiones en los que la taifa era tan solo un simple castillo roquero y una pequeña superficie alrededor. En la foto que precede el Estado era sólo una ciudad. Hubo taifas ricas como la de Sevilla pero en otras ocasiones la pobreza se detecta en la moneda. En la taifa de Ceuta la plata se ha convertido en vellón (en el vellón se alteran los porcentajes como hemos dicho, y ahora en lugar de mucha plata y poco cobre hay poca plata con mucho cobre)

 

 

Alfonso XI

Cornado de la ceca de Burgos.

 

En territorios cristianos tenemos que el vellón también es muy común en las monedas. Son numerosísimos los ejemplares en vellón en cualquiera de los estados peninsulares. Yo sólo voy a exponer un cornado de Alfonso XI. En el caso de los numerosos dineros tenían una ley de 167 milésimas. Simplemente por el color se deduce que estamos ante vellón rico.

 

Un poquito después, con los Reyes Católicos hay entre otras unas monedas de vellón relacionadas con los dineros anteriores. Son las blancas. Tienen un peso teórico de 1´2 gramos y una ley de 24 milésimas

La relación con otras piezas era:

1 real de plata = 34 maravedíes = 68 blancas

Se identifican muy bien pues, además del ligero peso y tamaño, son muy delgadas y tienen las iniciales de los titulares “F” e “Y” coronadas

 

Reyes Católicos, blanca de Cuenca

Ley 7 granos (24 milésimas)

 

Se acuñaron las blancas de los Reyes Católicos a partir de los numerosos y variados dineros de vellón medievales que tenían la equivalencia de 10 dineros el maravedí, cambiándose 5 dineros por una blanca. Pero como la ley de los dineros era de 167 milésimas y la de estas blancas 24 (7 granos), se deduce que era siete veces de mejor ley en los primeros. La operación supuso pues un gran negocio para las arcas del Estado. O lo que es lo mismo, un pésimo negocio para el bolsillo de los ciudadanos.

 

Felipe II, blanca de la ceca de Cuenca

Ley 4 granos

 

Con Felipe II se acuñan nuevamente las blancas a partir de la Pragmática de 14 de diciembre de 1566, con una ley de 4 granos. Se continuaba así la producción de blancas, piezas ya muy introducidas y aceptadas por el pueblo.

 

Y un capítulo aparte lo tenemos con los resellos de los Austrias. Los resellos se aplicaron en varias ocasiones y en moneda tanto de vellón como de cobre. Voy a exponer sólo dos de ellas,

 

Moneda original: 2 maravedíes en vellón de los RRCC, ceca Toledo.

Resello de IIII maravedíes de 1603 ceca Sevilla

Resello de VI mrv de 1636 ceca Toledo

Resello de IIII mrv de 1654/5 ceca Cuenca

 

Estos resellos se han realizado sobre moneda de vellón (no hay datos de su ley), y como se ve se prolongó su uso durante bastante tiempo.

Hasta ahora hemos visto como una moneda nueva suponía la recogida de la anterior, su fundición y la obtención de la nueva con una ley más baja. Pero ahora, por motivos de rapidez, se aprovechaba la moneda anterior a la que se le aplicaban resellos por un valor superior. No era necesario el cambio de la ley pero el efecto era el mismo.

En pocas ocasiones se encuentran resellos con todos los datos presentes. La moneda que precede es un caso excepcional.

 

Moneda original: Felipe IV, VIII mrv de 1623, ceca Valladolid

Resello de VIII mrv de 1641, ceca de Madrid

En cambio este se realizó sobre moneda de cobre. El vellón había reducido tanto su proporción de plata que ahora era simplemente cobre.

 

Enrique II, real de vellón

Ley 3 dineros

 

Terminamos este artículo con esta foto de un real de vellón de Enrique II. Tiene una ley de 3 dineros; quiere esto decir que 3 partes son de plata de 12. ¿Y las otras 9 partes? Pues lo más seguro que de cobre.

Y en teoría debería de plata de buena ley, pero la guerra aumentó tanto los gastos del Estado que tuvieron que rebajar la ley de estas monedas de forma escandalosa.

 

 

 

 

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